La Soberbia "El Bosco"
LA SOBERBIA
Viene del latín superbia, definida por la Real Academia Española (RAE), como el apetito desordenado de ser preferido a otros. El concepto puede asociarse a la altivez, el engreimiento, la presunción y la petulancia.
La soberbia es un problema que se debe corregir, es una satisfacción excesiva por la contemplación propia, menospreciando a los demás. El soberbio se siente muy bien y más importante que el prójimo, a quien minimiza de forma constante. Por eso se comporta de manera arrogante y suele generar rechazo entre el resto de la gente.
Podemos señalar que una persona es soberbia cuando:
-La mayor parte del tiempo la ocupa hablando de los éxitos que ha alcanzado y los logros que han obtenido a lo largo de su vida, concretamente dentro de su carrera profesional.
-Disfruta cuando otras personas, fundamentalmente sus "adversarios", experimentan el fracaso.
-Nunca reconoce sus errores y en absoluto acepta las críticas. Cuando alguien le realiza una crítica de su actuación la manera de defenderse que tiene es atacando.
-Tiene una gran dificultad para pedir perdón. En concreto, sólo en muy contadas ocasiones, y porque ya no le queda más remedio, solicita disculpas por actos que haya realizado o por palabras que haya dicho.
-Posee una necesidad imperiosa y, a veces ya enfermiza de recibir halagos. Por eso necesita un ejercito de vasallos a su alrededor que le estén halagando continuamente y exaltando el éxito que está teniendo debido a sus cualidades.
-Es una persona que en todo momento necesita tener el control de cualquier situación en la que se encuentra metida.
-Se molesta y puede llegar a sufrir por el éxito de otras personas.
-Siempre quiere sobresalir.
-Nunca tiene paz, ya que, siempre hay quien lo hace mejor. Y por eso sufre mucho.
La humildad, la sencillez y la modestia son actitudes contrarias a la soberbia.
Es posible asociar a la soberbia con el orgullo, aunque éste tiene un valor positivo y está considerado como una virtud. La persona puede sentir orgullo por sí misma al reconocer sus éxitos o mejoras, sin que esto lo haga sentir superior al resto de los seres humanos. En cambio, cuando ese autoreconocimiento se transforma en soberbia, entonces empieza a alimentar su propio ego y su propia vanidad.
Según Evagrio la soberbia "la soberbia corrompe todo lo que toca, es un tumor maligno que cuando estalla lo confunde todo". El orgullo implica la comparación de uno con los demás.
La humildad es una herramienta que se utiliza para combatirla. Narciso se enamoró de su belleza y orgullo, trató de abrazarse y se ahogó, de ahí el término narcisita, quien se siente orgulloso de sí mismo y de lo que hace, pasa por encima de todo lo que se le opone para perfeccionar su imagen, son seguros de sí mismos. Cuando se muestran orgullosos están a la defensiva y pasan al ataque y a la agresión.
Tenemos dos clases de soberbia, una nos conduce al éxito y la otra al desprestigio social.
El orgullo es bueno cuando está asociado a la productividad, confianza y éxito, éste nos ayuda a alcanzar prestigio, y si hacemos las cosas bien nos sentimos seguros al transmitirlas. Hay otro tipo de soberbia que nos lleva al desprestigio social. Hay veces que no se puede distinguir la una de la otra. Como nos valoramos tanto, el orgullo se traslada a las cosas que tenemos, y nos sentimos orgullosos de ellas.
LAS HILANDERAS Velázquez
La soberbia de Aracne
La soberbia está reflejada en la pintura, en la obra de El Bosco "La mesa de los pecados capitales" y "La soberbia de Aracne" esta última representa el fondo del cuadro de las Hilanderas de Velázquez. Está basado en un relato mitológico de Ovidio La Metamorfosis, en la que Aracne una joven hilandera humilde y conocida por sus grandes dotes de hilar. Ésta pidió competir con la diosa Atenea, la reina de la sabiduría pero también de la guerra, competir entre ellas para ver quien era la mejor hilandera.
La diosa aceptó el reto y se presentó ante ella de incógnito, disfrazada de anciana. Ariacne, pensando que la diosa no había respondido a su reto, la menospreció y se preguntó por qué la diosa no había querido presentarse. Entonces Atenea reveló su verdadera identidad y ambas empezaron el reto. Aracne ganó la competición, y Atenea, entró en cólera y transformó a Aracne en una araña.
Mr. Carter
No hay comentarios:
Publicar un comentario