LA ENVIDIA
Del latín invidria, es el deseo de obtener algo que posee otra persona y que uno carece. Se trata, por lo tanto, del pesar, la tristeza o el malestar por el bien ajeno. En este sentido, la envidia constituye el resentimiento (el sujeto no quiere mejorar su posición sino que desea que el otro le vaya peor).
Esta doble condición de desear algo que no se tiene y pretender obtenerlo a partir de lo que otro tiene hace que la envidia cause infelicidad y dolor a aquel que experimenta el sentimiento. El envidioso no se conforma con obtener algo, sino que quiere producir mal a la persona que tiene lo que él envidia.
Los psicólogos comentan que la envidia es un sentimiento que se niega tanto ante terceros como ante uno mismo.
El envidioso desea ocultar su envidia y resulta poco frecuente que la asuma, ya que supone la aceptación de una carencia.
En la pintura también tenemos representada la envidia por el pintor Sandro Botichelli sn su cuadro "La Calumnia de Apeles". Que incluye diez figuras: a la derecha del espectador el rey Midas, el Juez malo, es entronizado entre la sospecha y la Ignorancia, representadas por mujeres de rostros crispados que están susurrándole malos consejos a sus orejas de asno. Ante este juez se encuentra una figura masculina, con hábito de monje, en quien se cree ver representado el Rencor (o la Envidia o la Ira) que conduce a una joven (la Columnia) a la que están adornando los cabellos la Envidia y el Fraude. La Calumnia, indiferente a cuanto sucede, arrastra a la victima, un hombre prácticamente desnudo que junta las manos en ademán de pedir clemencia. A la izquierda está la penitencia, vestida de negro con ropa pesada y andrajosa, que se vuelve hacia la figura que está detrás de ella. Este último personaje es la Verdad desnuda que resplandece señalando al cielo con el dedo.
Mr. Carter
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