Como cualquier otra especie, somos el producto de millones de años de evolución. A partir de ahora tomamos el control.
12.500 AÑOS ATRÁS. ADAPTADOS PARA VIVIR A GRAN ALTITUD
Cordillera de los Andes
No hace mucho se pensaba que nuestra especie había dejado de evolucionar en un pasado lejano, pero el estudio del genoma humano ha demostrado que nuestra biología sigue cambiando para adaptarse a ciertos ambientes.
La mayoría nos quedamos sin aliento en la alta montaña porque nuestros pulmones tienen que trabajar más para captar el escaso oxigeno presente en el aire. Pero los pueblos andinos presentan un rasgo genético distintivo: su mayor concentración de hemoglobina en sangre les permite transportar mayor nivel de oxigeno a los tejidos de su organismo. Los pueblos tibetanos y etíopes desarrollaron adaptaciones a la altitud de forma independiente, lo que demuestra que la selección natural puede seguir diferentes caminos para alcanzar el mismo resultado: la supervivencia.
8.000 AÑOS ATRÁS. ADAPTADOS AL CLIMA DESÉRTICO
El desierto suponía un desafío evolutivo para los habitantes de SAHUL, el continente que antiguamente englobaba Australia, Nueva Guinea y Tasmania.
Cuando los antepasados de los modernos aborígenes australianos llegaron a sus costas, hace alrededor de 50.000 años, comenzaron a desarrollar adaptaciones que les permitieron sobrevivir a las noches gélidas y los días tórridos de los desiertos del continente.
Una mutación genética en una de las hormonas reguladoras del metabolismo supuso una ventaja de supervivencia, sobre todo para los niños, que de este modo podían modular el exceso de energía que se produce cuando aumenta la temperatura corporal.
ÉPOCA ACTUAL. TECNOLOGÍA VERSUS SELECCIÓN NATURAL
Los humanos hemos hecho mucho para neutralizar el poder de la selección natural. Con nuestras herramientas, fármacos y otras innovaciones culturales, hemos iniciado una carrera potencialmente mortal, una carrera que podríamos perder ante un superpatógeno muy evolucionado.
Dada la velocidad con que podemos difundir las enfermedades por todo el mundo, "estamos en una nueva era de pandemias", afirma Kevin Olival, especialista en ecología de las enfermedades de EcoHealth Alliances.
los cambios inducidos por la destrucción de hábitats y el cambio climático están determinando también que más personas entren en contacto con patógenos previamente aislados de sus potenciales huéspedes humanos.
YA MISMO O EN UN FUTURO PRÓXIMO EVOLUCIÓN A LA CARTA
Fecundación in vitro
La combinación de la fecundación in vitro con otras técnicas nos permite detectar en los embriones mutaciones que podrían causar enfermedades graves. El desarrollo actual de potentes herramientas de edición genética podría poner en manos humanas el control de la evolución.
La mayor parte de la investigación se ha llevado a cabo en otros organismos: por ejemplo, para alterar el genoma de los mosquitos con el fin de que no puedan transmitir la malaria o el virus del Zika. Podríamos usar las mismas técnicas para "diseñar" a nuestros bebés, de modo que tengan el color de ojos o de pelo que queramos. ¿Pero deberíamos hacerlo? "Estas técnicas tienen sin duda un lado oscuro -dice la experta en bioética Linda MacDonald Glenn-, pero tratándose del ser humano, es inevitable. Por naturaleza nos gusta trastear con todo".
FUTURO PRÓXIMO. LA CIENCIA FICCIÓN SE HACE REALIDAD
Neil Harbison
Hace más de 50 años dos científicos acuñaron el término "cyborg" para referirse a un organismo imaginario, medio humano y medio máquina. Entonces parecía ciencia ficción, pero actualmente alrededor de 20.000 personas tienen implantes que les permiten, por ejemplo, abrir puertas, Neil Harbison, que solo puede percibir los colores captándolos con una antena que lleva implantada en la cabeza y transforma datos en sonidos, prevé un futuro de grandes avances gracias a la potenciación de nuestros sentidos con este tipo de tecnología. "La visión nocturna nos permitiría adaptarnos al entorno -afirma-, diseñándonos a nosotros mismos en lugar de alterar el planeta. Diseñar el planeta es dañarlo"
FUTURO LEJANO. ¿PODREMOS ADAPTARNOS LOS HUMANOS AL PLANETA ROJO?
Mars One: Colonia humana en Marte
Para que haya una divergencia evolutiva a gran escala de la norma humana, una población debe permanecer aislada durante miles de años, algo muy poco probable en la Tierra.
Pero es posible que en menos de 50 años podamos fundar un pequeño asentamiento en Marte, que después sería algo mayor, de más de 100 o 150 personas en edad reproductiva, para mantener e incrementar la colonia. ¿Podríamos evolucionar hasta convertirnos en marcianos ideales? Chris Impey, experto en viajes espaciales y profesor de astronomía de la Universidad de Arizona, vislumbra una colonia marciana con científicos que podrían acelerar los procesos evolutivos naturales. En un medio con menos del 40% de la gravedad de la Tierra, los cuerpos podrían volverse altos y delgados, y en un ambiente controlado donde no habría polvo, podrían perder completamente el pelo.
Mr. Carter
sábado, 13 de junio de 2020
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