domingo, 14 de junio de 2020

LAS VERDADES DEL CAMBIO CLIMÁTICO



National Geographic, hace ahora ya unos 20 años, nos hablaba del calentamiento global y corroborado por la mayoría de científicos de la comunidad internacional. En la década de los noventa los informes de los climatólogos empezaron a alertar al mundo.
Desde entonces hemos sabido que, que debido a la actividad humana, la temperatura media de la Tierra va en aumento. Los hielos de los polos se derriten, sube el nivel del mar y se intensifican los fenómenos meteorológicos extremos, generando graves inundaciones y sequías severas que provocan el desplazamiento de millones de personas.

SIETE DATOS QUE HEMOS DE CONOCER
Todos necesitamos energía -alimentos, combustibles, electricidad- para vivir en el mundo actual.
Miles de millones de personas precisan más de la que disponen en la actualidad. Pero el modo en cómo la estamos obteniendo está modificando nuestro planeta en unos aspectos que nos amenazan a todos.
¿Podemos encontrar una manera mejor de conseguirla?
El cambio climático no es un bulo ni una conspiración de los científicos, sino un reto enorme,
Estos son los hechos que nos obligan a actuar.

1-EL MUNDO SE CALIENTA


Muchas observaciones indican que el clima mundial ha cambiado durante el siglo XX.
La temperatura superficial media ha aumentado aproximadamente 0,6 grados C. El manto de nieve y la superficie de hielo han disminuido. El nivel del mar ha aumentado de 10 a 20 cm. La temperatura de los océanos ha aumentado desde finales de los años 50.
Durante las últimas cuatro décadas, las temperaturas no han dejado de aumentar en los primeros 8 Km de la atmósfera.

2-LA CULPA ES NUESTRA


El fenómeno de El Niño es una de las pruebas de las que tenemos constancia, pero no hay causa natural que explique la tendencia al alza térmica de los últimos 50 años.Los ciclos solares duran 11 años; las erupciones volcánicas enfrían exporádicamente el planeta. Entre tanto, los gases de efecto invernadero emitidos por la actividad humana forman un manto cada vez más grueso que atrapa el calor en la superficie de la Tierra.

3-NO CABE NINGUNA DUDA


Más del 90% de los climatólogos lo tiene claro; las emisiones de dióxido de carbono causan el calentamiento global.
El efecto invernadero se conoce desde el siglo XIX. El físico sueco Svante Arrhenius incluso predijo en 1896 que el CO2 emitido al quemar carbón calentaría el planeta. Él lo veía como algo positivo, y es debatible como desastroso será, pero que está ocurriendo y que es peligroso queda fuera de toda duda.

4-EL HIELO SE DERRITE CON RAPIDEZ


El Ártico se ha calentado radicalmente, y su capa de hielo es hoy muy delgada y menos extensa. Esa pérdida de hielo acelera a su vez el calentamiento, ya que el océano absorbe la radiación solar que antes el hielo reflejaba de nuevo al espacio.
La fusión del hielo no causa una subida del nivel del mar  -dado que ese hielo ya estaba dentro del agua-, pero sí la del hielo terrestre. Los glaciares de montaña están retrocediendo en todo el mundo. El ascenso total del nivel del mar -entre 20 y 23 centímetros desde 1900, se ha traducido en un gran aumento de las inundaciones costeras.
Durante la supertormenta Sandy, por ejemplo, la Costa Este de Estados Unidos sufrió inundaciones y vientos que ocasionaron daños por valor de 68.000 millones de dólares.
El mayor peligro está en los mantos de hielo que cubren Groenlandia y la Antártida. Contienen hielo suficiente para elevar los mares más de 60 metros, y ya se están derritiendo.
Se cree que hace 125.000 años, cuando la Tierra era apenas un poco más cálida, también perdieron gran parte de su masa: el nivel del mar estaba entre 6 y 9 metros por encima del actual. En la actualidad, una subida así anegaría las ciudades costeras.

5-LA METEOROLOGÍA ES MÁS EXTREMA


La meteorología de la atmósfera terrestre se está convirtiendo en un juego de azar. No causa una sequía en particular ni un temporal concreto, pero aumenta o disminuye la probabilidad de que se produzcan fenómenos como estos. Y en el caso de las olas de calor, la eleva mucho. La extraordinaria ola de calor que en 2003 se cobró unas 70.000 vidas en Europa, teóricamente  debería producirse del orden de una vez cada cinco siglos, pero con el nivel actual de calentamiento global ha pasado a repetirse una vez cada 40 años. Solo en París, ha revelado el análisis, el cambio climático fue el responsable de 506 muertes en 2003. Si la tendencia continua por este camino, apunta otro estudio reciente, a finales de este siglo los habitantes del golfo Pérsico podrían sufrir muchos días un calor tan insoportable que salir al exterior pondría en riesgo su integridad física.
Y no es solo cuestión de pasar calor: el calentamiento global aumenta la humedad del aire, extrayéndola de la tierra y del océano. Donde escasea la lluvia, la sequía se recrudece.
Cuando llueve o nieva, es más probable que la precipitación sea extrema: pensemos en las inundaciones que en 2016 golpearon a París  y a Houston.
Menos clara está la manera en que el cambio climático afecta a los huracanes y otros ciclones tropicales; pero al calentar el océano -fuente de energía de las tormentas-, es probable que los haga más intensos, si bien menos frecuentes.

LOS CAMBIOS TIENEN CONSECUENCIAS


La guerra civil siria -causa millones de desplazamientos forzosos y cientos de miles de muertes- fue en parte avivada por una gran sequía histórica que provocó un éxodo rural; según un estudio de 2015, el cambio climático duplicó de largo la probabilidad de que se produjese esa sequía.
También contribuyó a la desaparición del lago Poopó, el segundo más grande de Bolivia hasta que sucumbió a la sequía y los trasvases.
En otros lugares, como Nueva York, el aumento del vapor de agua en el aire causa nevadas más copiosas.

6-LA FAUNA Y LA FLORA SE RESIENTEN


El cambio climático no solo es trágico para el depredador ártico más emblemático, el oso polar.
En 2016 los científicos anunciaron la desaparición del último ejemplar de Melomys rubicola un roedor parecido a una rata que vivía en cayo Bramble, una isla rasa del estrecho de Torres, en Australia. Es el primer mamífero extinguido como consecuencia del cambio climático.
El aumento de las temperaturas está diezmando poblaciones de animales y plantas, empujando especies hacia los polos y alterando migraciones y conductas.
En la península Antártica, las poblaciones de pingüinos de Adelia han caído en picado. Un ave limícola ártica llamada correlimos gordo está perdiendo corpulencia.
La desaparición del hielo de Alaska  está obligando a miles de morsas a desplazarse a tierra.
El excepcional calentamiento de los océanos de los últimos años ha desencadenado el blanqueamiento y la muerte de los corales en arrecifes de todo el mundo.
Habrá especies que saldrán beneficiadas. Por ahora, la yubarta medra en las aguas antárticas que se han quedado sin hielo.
Los erizos de mar también están dando muestras de resistencia.
Pero el cambio climático no es la única amenaza que impone el ser humano sobre las demás especies: nuestra expansión también está fragmentando y destruyendo hábitats naturales. Algunas especies se adaptarán a las profundas alteraciones que causamos en su mundo, sí, ¿Pero cuántas? ¿Y hasta cuándo?

7-PODEMOS EVITARLO


Hagámonos una pregunta: si el cambio climático no fuese un serio peligro, ¿figuraría al pie del Acuerdo de París la firma de 195 países, comprometiéndose a intentar mantener el calentamiento por debajo de los 2 grados C.
El coste de la energía solar está cayendo en picado, debido al auge de las ventas de placas solares. Es muy probable que en un futuro próximo se vaya suprimiendo la dependencia de los combustibles fósiles por una alternativa común con energías renovables, como fuente de electricidad más barata. En el 2015 supusieron a escala mundial más de la mitad de la nueva capacidad generatriz. En Estados unidos, el sector de la energía solar tiene ya más empleados que los del carbón, el petroleo y el gas natural juntos.
El abandono de los combustibles fósiles apenas ha comenzado. Todo cuenta: cada tonelada de CO2 que emitimos derrite tres metros cuadrados de hielo ártico, apunta un estudio de 2016, lo que significa que el estadounidense medio funde 49 metros cuadrados anuales.
Cada edificio energéticamente eficiente, cada automóvil devorador de gasolina retirado de la circulación, cada hectárea de bosque que se proteja tiene su efecto positivo.
Pero nada de ello servirá de mucho si el mundo no adopta pronto un sistema de abastecimiento de energía libre de carbono.

Mr. Carter

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