Conciencia. Ruben Guo
Empezaremos diferenciando dos palabras que se suelen confundir como son: consciencia y conciencia.
La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia, es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal.
Ambos términos derivan de la misma raíz latina concientia.
La conciencia es la capacidad que poseen los seres humanos de reconocerse a sí mismos, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su entorno.
La conciencia está asociada a la actividad mental que implica un dominio por parte del propio individuo sobre sus sentidos.
Normalmente es el conocimiento o apreciación que una persona tiene acerca de sus actos y de su propia existencia.
La misión de la conciencia es representar la información sobre lo que está sucediendo dentro y fuera del organismo de tal modo que el cuerpo pueda evaluarla y actuar en consecuencia.
Hemos de actuar en conciencia, convencidos de que lo que se hace es lo mejor, ya que haciendo el bien uno se engrandece y también a los demás. Siempre existe gente sin conciencia, son aquellos que hacen las cosas "cara a la galería".
La conciencia se puede tener limpia cuando se hace el bien y lo sentimos dentro de nosotros. Dicha conciencia significa que está limpia de culpa sobre alguna mala acción.
Normalmente decimos: ¡yo tengo la conciencia tranquila! cuando sentimos la libertad, la seguridad y el gozo que emana desde lo profundo de nuestro ser. Cuando tenemos la conciencia tranquila nos liberamos del dolor emocional, de la culpa y de la voz de la conciencia acusadora, que nos hace sentir tan mal.
La conciencia social de la persona, es el conocimiento que posee la persona sobre el bien y el mal para apreciar moralmente la realidad de sus actos dentro del colectivo de la sociedad.
Según Erich Fromm seguidor de Freud, en su teoría sobre El Psicoanálisis humanista, nos habla de la conciencia y nos dice que existen dos tipos de conciencia, la autoritaria y la humanista, las cuales surgen como legisladores morales, éticos y sancionadores.
La conciencia autoritaria, es la voz de la autoridad externa interiorizada que dicta mandatos y tabús y nos gobierna mediante la fuerza del temor y la culpa, ésta conciencia la encontramos en nuestro superyó; se le atribuye el derecho de mandar recompensar y castigar.
La conciencia humanista, es nuestra propia voz, dicha voz de nuestro verdadero yo, nos invita a desarrollar los potenciales humanos. Dicha conciencia humanista se ocupa de la expresión del interés propio y de la integridad del hombre.
Mr. Carter
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