miércoles, 12 de agosto de 2020

LA AUTOESTIMA

 

Debajo del árbol. César Cepeda
La autoestima se utiliza de manera cotidiana y se refiere al valor que  una persona se da a sí misma.
La definición sería: la valoración, el juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias.


Se relaciona mucho con la autoimagen, que es el concepto que se tiene de uno mismo, y también de la autoaceptación, que es el reconocimiento de nuestras cualidades y defectos.
Las valoraciones que se hacen las personas están influenciadas por los agentes externos o circunstancias en que se encuentre el individuo por lo que se pueden experimentar cambios a lo largo del tiempo.
En este sentido la autoestima puede aumentar o disminuir a partir de situaciones emocionales, familiares, sociales o laborales, incluso por nuestra autocrítica positiva o negativa.
¿QUÉ TIPOS DE AUTOESTIMA EXISTEN?
Una persona puede tener, una alta autoestima en términos de capacidades intelectuales "Soy muy bueno en matemáticas", pero puede tener una baja autoestima en otros ámbitos, por  ejemplo "Soy muy torpe cocinando".

-La alta Autoestima. Las personas con una alta autoestima se caracterizan por tener una gran confianza en sus capacidades.
Debido a esto, pueden tomar decisiones, asumir riesgos y enfrentarse a tareas con una alta expectativa de éxito, ya que se ven a sí mismas de una manera positiva.
A medida que vaya creciendo nuestra autoestima nos sentiremos mejor preparados para afrontar mayores retos y efectuar diversas actividades con mayor entusiasmo y ganas de compartir con los demás.


-La  baja Autoestima. Las personas con baja autoestima por regla general se suelen sentir inseguras, insatisfechas y muy sensibles a las críticas. Otra característica de las personas con baja autoestima es la dificultad de mostrarse asertivas, es decir, reclamar sus derechos de una manera adecuada.
La baja autoestima se debe, a la valoración que hacemos a nosotros mismos, la opinión que tenemos de nuestra personalidad, nuestras creencias, entre otros.
Estas personas a veces hacen el intento de agradar a los demás con el feliz resultado de aumentar su autoestima.

LA AUTOESTIMA EN LA ADOLESCENCIA
La adolescencia es un período de crecimiento y desarrollo personal en el que grupos de amigos, la familia y los medios de comunicación ejercen una fuerte influencia en la valoración propia que hace cada individuo. Y es habitual que los jóvenes presenten problemas de autoestima. No nos vamos a referir a la apariencia física en exclusiva, sino también a las propias capacidades y habilidades, como, por ejemplo, deportivas, intelectuales y sociales.
Todas las expectativas de los demás, las comparaciones y los referentes personales pueden ejercer una fuerte presión y generar inseguridades en el adolescente en esta época de cambios.
Existe un gran problema relacionado con la autoestima. Como es la anorexia y la bulimia, en lo referente a la imagen y al valor que la persona tiene de sí mismo.


Por ello la autoestima se basa en el valor que una persona tiene de sí misma, aunque vaya evolucionando a través del tiempo, requiriendo una aceptación personal.
Cuando tenemos una motivación positiva y nos enfrentamos a un determinado acontecimiento, poniendo de manifiesto nuestras cualidades propias, nos aumentarán las posibilidades de éxito y como consecuencia de ello, aumenta la autoestima.

LA AUTOESTIMA EN NUESTROS MAYORES

Las vivencias, la experiencia, la madurez y el autoconocimiento, son facetas que se van sumando durante las diferentes etapas de la vida y estas contribuyen a fortalecer la autoestima de las personas mayores. Muchas veces se establece el mecanismo de a mayor edad mayor autoestima, aunque no ocurre así en todas las personas, ni se mantiene estable en todas las etapas de la vida.
Es muy normal encontrarnos en la tercera edad con personas en las que se ha decaído su bienestar y su autoestima incurriendo en otras consecuencias que pueden afectar a su salud.
¿Qué causas desencadenan la baja autoestima en los mayores?
Una de las principales causas es la de sentirse útil o importantes como eran antaño. Ya que se pierden capacidades físicas, energía, movilidad que les impide llevar un ritmo de vida al que estaban acostumbrados anteriormente.
La falta de actividades de interés para ellos es como un gran peso que les hace pensar que resultan inútiles.
Pero  los principales motivos para que las personas de edad avanzada pierdan su confianza de forma gradual suele ser por la soledad.
La soledad es uno de los mencionados motivos fundamentales. Cuando los ancianos ven que sus amigos fallecen, sus familiares ya no están cerca y solo tienen unos descendientes que suelen estar demasiado ocupados para prestarles atención, comienzan a sentirse poco valorados y ser una molestia que no aporta al resto de  la familia.
También encontramos personas que han sido muy activas y seguras que decaen y se sienten inseguras y poco valiosas, impidiéndoles desarrollar las situaciones particulares que hacían antes. Esto puede ser debido a un accidente o una enfermedad, así como la pérdida de natural de capacidades físicas que los mayores no puedan entretenerse con las actividades que hacían antes.
Si dichos mayores no encuentran actividades alternativas que les resulte atractivas, entonces quedan atrapados en el aburrimiento y desánimo que puede ser altamente perjudicial para su salud física y mental.
Todos estos factores de baja autoestima, hemos de detectarlos con la mayor rapidez para intentar frenarlos con la mayor celeridad y así obtener una mejor calidad de vida de nuestros mayores y reducir el riesgo de caer en un proceso depresivo, que les  lleve al desánimo, al desinterés por la vida y en casos extremos a la muerte.
¿Cómo se les favorece la autoestima a los mayores?
-Haciéndoles saber que son unas personas muy valiosas, aunque no tengan las mismas capacidades de antes.
-Haciéndoles partícipes de tareas que estén dentro de sus posibilidades y puedan ejercer. De esta manera se sentirán imprescindibles y valorados.


-Haciéndoles saber que ellos son necesarios y que son capaces de aportar algo de utilidad, así se sentirán cómodos consigo mismos.
La actividades útiles no necesariamente tienen que ser físicas, si la anciana puede tejer se le puede pedir que realice alguna prenda, también puede leer y contar cuentos a los nietos, pero también es de mucha utilidad sentarse con ellos y hablar dándoles consejos y escuchando valorando la opinión.


El ejercicio físico, rutinario puede ser muy beneficioso para dichas personas, tomar el ejercicio físico como una rutina, se puede hablar de pasear, bailar, hacer algún deporte adecuado a sus condiciones o jugar con los nietos.
Es muy importante que las personas mayores tomen decisiones propias en los asuntos que les afectan de forma directa.
Es imprescindible mostrar consideración hacia cuestiones íntimas como el aseo o el deseo de estar solos en ciertos momentos. Este respeto será agradecido por la persona mayor.


Mr. Carter



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