jueves, 12 de noviembre de 2020

CORONAVIRUS 16: ¿QUÉ SON LAS CÉLULAS T O LINFOCITOS T?

 

                                                               CÉLULAS T

Células T o linfocitos T, son linfocitos producidos en la médula ósea.Un linfocito es un tipo de leucocito que proviene de la diferenciación linfoide de las células madre hematopoyéticas ubicadas en la médula ósea y que completa su desarrollo en los órganos linfoides primarios y secundarios.



Dichas células maduran en el timo, que es un órgano linfoide primario especializado del sistema inmunológico. Dentro del timo maduran las células T.



 La célula inmadura se denomina timocito, el cual durante el proceso de maduración en el timo se diferencia en linfocito T cooperador (CD4+) o bien en linfocito T citotóxico (CD8+) y linfocitos asesinos naturales (NK).

Las células T son imprescindibles para el sistema inmunitario adaptativo, que es el lugar donde el cuerpo se adapta específicamente a los invasores externos.

En una analítica de sangre el valor normal de linfocitos está entre 1000 y 4500/ml. Aumentan sobre todo en infecciones por virus o parásitos. También en algunos tumores o leucemias. Monocitos: valor normal varia entre 200 y 800/ml.

La linfocitopenia consiste en un número anormalmente bajo de linfocitos (un tipo de  glóbulos blancos) en la sangre. Muchos trastornos reducen su número, pero las infecciones víricas (incluyendo el sida) y la malnutrición son las más frecuentes.

También podemos aumentar la tasa de linfocitos haciendo una nutrición adecuada con lácteos, huevos, cerezas, melón, col, nabo, espinacas, por su contenido en vitamina A, que mejora la respuesta de los linfocitos T y la quimiotaxis de los neutrófilos, que actúan en el mismo foco de infección.


Los linfocitos así desarrollados circulan por la sangre y el sistema linfático hasta que son activados al contactar con un antígeno específico, el cual interactua con el receptor de linfocitos T que hay en la superficie. Estos antígenos les deben ser presentados a los linfocitos T por células presentadoras de antígenos, tales como las células dendríticas o los macrófagos mediante moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad. De esta forma los linfocitos T pueden responder en forma específica contra patógenos y células tumorales.

Debido a que las células T puede mantenerse en la sangre durante años después de una infección, también contribuyen a la "memoria de largo plazo" del sistema inmune y le permiten organizar una respuesta más rápida y más efectiva cuando este queda expuesto a un viejo enemigo.

Varios estudios han mostrado que la gente contagiada con Covid-19 tiende a tener células T que pueden atacar al virus, sin importar si la persona ha experimentado síntomas.

Hasta aquí, todo es normal. Pero los científicos  recientemente también descubrieron que algunas personas pueden resultar negativas de anticuerpos contra la Covid-19 y positivas de células T capaces de identificar el virus.

Lo más extraño de todo es que, cuando los investigadores analizaron muestras de sangre tomadas años antes deque comenzara la pandemia, encontraron células T específicamente diseñadas para detectar proteínas en la superficie de Covid-19.

Esto sugiere que algunas personas ya tenían un grado de resistencia preexistente contra el virus antes de que infectara a un humano.

Y parece ser sorprendentemente frecuente: 40-60 % de los individuos no expuestos tenían estas células.

Parece cada vez más que las células T podrían ser una fuente secreta de inmunidad para la Covid-19


Descifrar la importancia de  las células T no solo es una cuestión de curiosidad académica.

El papel central de las células T también podría ayudar a explicar algunas de las peculiaridades que hasta ahora no se han podido comprender, desde el drástico aumento del riesgo del virus cuando las personas se enfrentan a medida que envejecen, hasta el misterioso descubrimiento de que puede destruir el bazo.

¿CÓMO SE DESARROLLA LA INMUNIDAD?

La mayoría de la gente probablemente no ha pensado en las células T, o linfocitos T como también se las conoce, pero para saber lo cruciales que son para la inmunidad podemos observar las etapas finales del sida con el virus VIH.


                                        Virus del Sida VIH

Las fiebres persistentes, las llagas, la fatiga, la pérdida de peso, los raros cánceres, los microbios usualmente inomos, como el hongo Candida Albicans -que a menudo se encuentra en la piel- que comienza a invadir el cuerpo.



Durante un período de meses o años, el VIH lleva a cabo una especie de genocidio de células T, en el cual las caza, las  invade, y sistemáticamente las hace suicidarse.

"Aniquila una enorme poción de ellas", dice Adrian Hayday, profesor de inmunología de King's College de Londres y líder de grupo en el Instituto Francis Crick.

"Y eso pone de manifiesto lo increíblemente importantes que son estas células y el hecho de que los anticuerpos solos no van a ayudarte"

Durante una respuesta inmune normal a, por ejemplo, un virus de influenza, la primera linea de defensa inmune innato, que involucra los glóbulos blancos y las señales químicas que lanzan las alarmas.


Esto inicia a producción de anticuerpos, la cual se lleva a cabo unas semanas después.

"Y de forma paralela con eso, unos cuatro o cinco días después de la infección, comienzan a ver que las células T se activan, y hay indicios de que estas específicamente están reconociendo a las células infectadas con el virus, dice Hayday.

Estas desafortunadas células posteriormente son eliminadas rápida y brutalmente -ya sea directamente por las propias células T o por otras partes del sistema inmune que estas reclutan para hacer este desagradable trabajo antes de que el virus tenga la oportunidad de convertirlas en fábricas para producir más copias de sí mismo.

¿QUÉ SABEMOS SOBRE LAS CÉLULAS T Y LA COVID-19?

"Al observar a los pacientes con covid-19 -pero, me hace feliz poder decir que también al observar a individuos que fueron infectados pero no necesitaron hospitalización-, queda absolutamente claro que hay respuestas de las células T, dice Hayday.

"Y casi ciertamente esto es muy buena noticia para quienes están interesados en vacunas, porque claramente somos capaces de producir anticuerpos y producir células T que pueden ver el  virus. todo esto es bueno".

De hecho, una vacuna -la desarrollada por la universidad de Oxford- ya ha estado demostrando que puede generar la producción de estas células, además de anticuerpos.

Sin embargo hay un problema.

En muchos pacientes que son hospitalizados con covid-19 más grave, la respuesta de las células T no ha resultado como se esperaba.

"Un gran número de células T resultan afectadas, dice Hayday.

"Y lo que les ocurre es un poco como cuando la celebración de una boda sale mal. Osea, se lleva a cabo una cantidad enorme de actividad y proliferación, pero las células comienzan a desaparecer de la sangre".

Una teoría es que estas células T son derivadas a donde son más necesitadas, como los pulmones. Pero el equipo de Hayday sospecha que lo que ocurre es que muchas de ellas comienzan a morir.

"Las autopsias de pacientes con covid-10 están comenzando a revelar lo que se llama necrosis, que es una especie de descomposición", explica.

Esto es particularmente evidente en las áreas del bazo y los gánglios linfáticos donde normalmente viven las células T.

Lo desconcertante es que la necrosis del bazo es una marca de enfermedad de las células T, en donde las propias células inmunes son atacadas.

"Si miras las autopsias de los pacientes con sida, verás el mismo problema", explica Hayday.

"Pero el VIH es un virus que infecta directamente las células T, toca a la puerta y entra".

Por otro lado, actualmente no hay evidencia de que el virus de covid-19 sea capaz de hacer eso.

"No tenemos idea de qué está ocurriendo. hay evidencia de que las células T pueden protegerte, probablemente por muchos años. pero cuando la gente enferma, parecen quedarse sin apoyo en los intentos de las células de establecer un mecanismo protector de defensa".

La disminución en el nivel de células T podría también ser la causa de por qué los ancianos resultan mucho más gravemente afectados por covid-19.

Hayday menciona un experimento llevado a cabo en 2011 que involucró exponer a ratones a una versión del virus que causa el SARS.


 Aunque los anticuerpos son importantes podrían no ser suficientes para evitar la propagación de covid-19.

Investigaciones previas habían mostrado que el virus -que también es un coronavirus y es pariente cercano del covid-19 -provocó la producción de células T, que fueron las responsables de acabar con la infección.

El estudio de seguimiento produjo resultados similares, pero el cambio fue esta vez se lo permitió a los ratones envejecer.

A medida que envejecían, las respuestas de sus células T se hicieron significativamente más débiles.

Sin embargo, en el mismo experimento, los científicos también expusieron a los ratones a un virus de influenza.

Y a diferencia de los que estaban infectados con covid-19, estos ratones lograron mantener sus células T, las cuales actuaron contra la influenza hasta sus años de vejez.

"Es una observación interesante, en el sentido de que podría explicar por qué los individuos mayores son más susceptibles a covid-19, indica Hayday.

"Cuando llegas a los 30 años, se comienza a encoger tu timo (la glándula localizada detrás del esternón y entre los pulmones) que juega un papel muy importante en el desarrollo de las células inmunes) y tu producción diaria de células T disminuye masivamente.

¿CÓMO SE FORMAN LAS VACUNAS?

Hayday explica que la forma como se diseñan las vacunas por lo general depende del tipo de respuesta inmune que los científicos esperan provocar.

Algunas pueden provocar la producción de anticuerpos, que son proteínas que circulan libremente y que pueden adherirse a los patógenos invasores, ya sea neutralizándolos o marcándolos para que otra parte del sistema inmune se haga cargo de ellos.

Otras tienen el objetivo de involucrar a las células T, o quizás provocar una respuesta de otras partes del sistema inmune.

"Realmente hay un espectro enorme de diseños de vacunas", explica Hayday.

El investigador está prácticamente alentado por el hecho de que el virus evidentemente es altamente visible para el sistema inmune, incluso en aquellas personas severamente afectadas.

"De manera que si podemos evitar lo que este les está haciendo a las células T de los pacientes con quienes hemos estado teniendo el privilegio de trabajar, entonces habremos avanzado mucho en el control de la enfermedad", expresa el investigador.

Todo parece indicar que en el futuro escucharemos mucho más sobre las células T.

"Encontramos que muchas personas que se recuperan de covid-19 tienen células T que reconocen y atacan las proteínas del SARS-CoV-2, dándoles inmunidad contra el virus porque esas células T están preparadas para combatirlo.



Los investigadores actuales sobre vacunas se centran en proteínas específicas que se encuentran principalmente en los "picos" del coronavirus SARS-CoV-2. El descubrimiento de que las células T se dirigen con éxito a una proteína de la membrana en su lugar puede añadir otra vía que los desarrolladores de vacunas deben explorar al crear nuevas terapias para protegerse contra el virus.  

www.bbc.com


Mr. Carter



No hay comentarios:

CORONAVIRUS 119: ¿DÓNDE NOS ENCONTRAMOS UN AÑO DESPUÉS DE ESTAR SUFRIENDO EL COVID-19?

  El Dr. JM Miró del Hospital Clínico de Barcelona, realiza una actualización integral y detallada sobre la situación actual con respecto al...