martes, 15 de diciembre de 2020

CORONAVIRUS 62: ASÍ HA CONDICIONADO LA COVID-19 EL TRATAMIENTO DEL ICTUS DURANTE LA PANDEMIA EN ESPAÑA

 



 La pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 ha supuesto un reto sin precedentes para la medicina y ha puesto en jaque a nuestro sistema sanitario ante la avalancha de pacientes afectados por un virus desconocido hasta la fecha.

Al margen de las escandalosas cifras de contagios y fallecidos por Covid-19 que se han dado en todos los países del mundo, existe una catástrofe paralela no menos importante: la paralización del tratamiento de gran número de patologías graves, que abocan a los afectados a secuelas graves de por vida y que han elevado las cifras de mortalidad.

El ictus es una de las enfermedades cuyo diagnóstico cayó en España durante los meses más graves de la pandemia. Según datos presentados por el Dr. Tomás Segura, del Hospital General Universitario de Albacete, durante la LXXII Reunión Anual de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la caida del código ictus durante los meses de marzo y abril de 2020 llegó a superar el 40 %. "Esta caída ha sido también confirmada en hospitales tanto de España como de Europa y el resto del mundo".

España ha sido uno de los países más activos a la hora de publicar estudios sobre la implicación que ha tenido la Covid-19 en el diagnóstico de infartos cerebrales. En algunos de estos trabajos, realizados por el grupo de estudio Nordictus, se evidencia no solo la disminución en el número de ingresos, sino el aumento de la mortalidad por ictus en nuestro país.

Una situación en la que el miedo de los pacientes a salir de casa, a contagiarse acudiendo al hospital, así como la falta de apercibimiento que ha tenido el ictus durante la pandemia, han jugado un papel fundamental. "La consecuencia es que no solo acudían menos pacientes a los hospitales, sino que también llegaban más graves y el pronóstico era mucho peor", advirtió el Dr. Segura.

Sin embargo, esta no es la única consecuencia que ha tenido la Covid-19 sobre los infartos cerebrales. Durante la primera ola del coronavirus en España los investigadores también detectaron aumento de ictus criptogénicos, aquellos en los que no se encuentra etiología y en los que no existe causa típica de ictus.

Este fue el tema que abordó el Dr. Carlos Molina, del servicio de neurología del Hospital Vall D'Hebron en la segunda parte del seminario Manejo del ictus y prevención de la fibrilación auricular: actualizaciones 2020.

"El ictus criptogénico es aquel en el que no se encuentra un mecanismo causal, y que desgraciadamente genera gran frustración en los profesionales a pesar de los esfuerzos de los últimos años, ya que no es posible establecer un diagnóstico claro", lamentó el neurólogo.

En este contexto ha existido amplio debate la importancia de la detección de la fibrilación auricular silente como mejor estrategia para detectar las embolias. Este y otros biomarcadores son analizados por los médicos con el objetivo de hacer frente de la mayor forma a esta patología. Sin embargo, la conclusión del Dr. Molina es que "aún estamos muy lejos de conocer realmente el ictus criptogénico".

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Mr. Carter




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